La misión de la Fundación es acrecentar el legado de Juan Emar, así como organizarlo y ponerlo en valor, de manera de que cumpla un rol cultural significativo en las letras nacionales y en la cultura en general.


Artículos y Estudios

JUAN EMAR EN LA ESCENA CULTURAL CHILENA

Juan Emar, aparece en la escena artística nacional asociado al grupo Montparnasse, formado por Henriette PetitJosé PerottiLuis Vargas RosasManuel Ortíz de Zárate y Julio Ortíz de Zárate. Esta fusión de intelectuales se constituyó en el principal promotor de los cambios que experimentaría la plástica nacional en la década del veinte.

Al regresar de París, origen de los vanguardistas latinoamericanos, comenzó a propugnar la revuelta contra la institucionalidad artística chilena desde el diario La Nación, propiedad de Eliodoro Yáñez, su padre. Así, la masiva tribuna del periódico liberal acogió las Notas de Arte (1923-1925) que sirvieron a Emar para proclamar la necesidad de ruptura con el criollismo, que dominaba tanto la literatura como las artes plásticas en el medio nacional. A través de sucesivas notas firmadas por él y/o sus representantes, fueron explicados los fundamentos de la protesta vanguardista que encabezaba. Luego de esta actividad, el autor desapareció del ámbito público por casi diez años.

Juan Emar y sus "Notas de Arte", publicadas entre 1923 y 1925, constituyen también un importante aporte al desarrollo de las vanguardias chilenas. En especial "Espíritu Nuevo y Espíritu Viejo" donde señala: "Los ismos son absolutamente secundarios. No basta hacer Cubismo para ser joven y la fabricación del Futurismo no coloca forzosamente a su autor en el futuro. Mientras unismo sea una investigación apasionada lleva en sí una esperanza; cuando la investigación da sus frutos se convierte en una realización. Junto con esto, la realización ofrece a los espíritus perezosos una manera de hacer, y los viejos oficiales, abren entonces las puertas de sus salones a lo que les causó pavor mientras fue un ensayo de las fuerzas jóvenes".

La obra literaria de Juan Emar respondió a una evolución propia que empezó en 1935. Durante ese año aparecieron Miltín 1934Un Año y Ayer. Estas tres novelas desafiaron los códigos de del realismo dominante. Sus novelas  incluyeron, además, principios propios del cubismo y del futurismo europeo que las acercaron decididamente tanto a los planteamientos constructivistas, como también al creacionismo de Vicente Huidobro. Asimismo, los temas se desplegaron en amplios espectros, colmados de humor negro, ocultismo, inconsciente y erotismo. Más tarde, en 1937, apareció Diez, libro que vino a confirmar la radicalidad de su propuesta artística. Pero su obra más abarcante, de aproximadamente 5.000 páginas es la póstuma Umbral, publicada por la Dibam en 1996.

El campo cultural en el que se despliega la obra de Juan Emar, hay que relacionarlo dentro de la experiencia latinoamericana, con movimientos como el Martinfierrismo del argentino Oliverio Girondo; el Estridentismo del Mexicano Manuel Maples Arce, y el movimiento Antropofágico brasileño de los hermanos Oswald y Mario de Andrade, entre otros.

 

JUAN EMAR EN EL ARCHIVO DEL ESCRITOR DE LA BIBLIOTECA NACIONAL

La inmensa tarea de editar la obra totalizadora de Juan Emar, Umbral, era una labor  casi imposible para una editorial privada. La Editorial Carlos Lohlé de Argentina intentó hacerlo, el año 1977, pero sólo alcanzó a un centenar de páginas del primer tomo del “Primer Pilar”, prologado por Braulio Arenas. En 1995, comenzó a gestionarse esta ya impostergable necesidad durante la Dirección de la Sra. Marta Cruz-Coke Madrid, a través de la iniciativa del hijo de Emar, Eliodoro Yáñez, su biógrafo Pablo Brodsky, el Conservador del Archivo del Escritor, Pedro Pablo Zegers y el escritor y premio nacional Alfonso Calderón. Finalmente las más de 4.000 páginas impresas del libro vio finalmente la luz en 1996. Esta publicación significó la donación de las poco más de 5.000 hojas manuscritas correspondiente a una de las últimas redacciones de la novela.
El 13 de noviembre de 2003, día del 110 natalicio de Álvaro Yáñez Bianchi (1893-1964), su sobrino Gonzalo Figueroa Yáñez, presidente de la recién creada Fundación Juan Emar, hizo entrega a la subdirectora de la Biblioteca Nacional de la época, Ximena Cruzat Amunátegui,  cerca de 400 piezas escritas por el mítico autor. Los manuscritos abarcan desde cuadernos de cien páginas hasta cartas de un par de hojas. En su mayor parte se trata de los diarios que Emar escribió entre 1911 y el año de su muerte, en 1964. Los temas abordados se refieren, fundamentalmente, a su vida cotidiana, sobre todo juvenil, y a sus relaciones con amigos y familiares. A medida que pasa el tiempo, también, encuentran lugar planteamientos  existenciales y estéticos, además de importantes reflexiones que aportan sobre la construcción de sus novelas, especialmente de Umbral. Con esta donación más los dibujos de la serie del personaje Don Urbano,  libro que editó Dedal de Oro Editora, en el año 2012, consistente en 16 viñetas a lápiz sobre este excéntrico personaje, donado por el nieto de Emar, Juan Pablo Yáñez, quien los encontró entre los anversos de las hojas  de los “diarios” del autor, se completa la colección que tiene a su resguardo el Archivo del Escritor.

 

VANGUARDIAS EUROPEAS

Las primeras décadas del siglo XX se caracterizaron por las grandes tensiones y enfrentamientos entre las potencias europeas. Por su parte, la Primera Guerra Mundial y la Revolución Soviética fomentaron las esperanzas en un régimen económico diferente para el proletariado. Europa vivía, al momento de surgir las vanguardias artísticas, una profunda crisis. Resultado de esto surgieron respuestas como las de Pablo Picasso y Georges Braque con sus exposiciones cubistas, y el futurismo que, deslumbrado por los avances de la modernidad científica y tecnológica, lanzó su primer manifiesto de apuesta al futuro y rechazó a todo lo anterior.

Así se dieron los primeros pasos de las vanguardias, se publicaron manifiestos en los que se atacaba todo lo producido anteriormente, al mismo tiempo que se reivindicaba lo original, lo lúdico, desafiando los modelos y valores existentes hasta el momento. Surgen diferentes ismos: futurismo, dadaísmo, cubismo, constructivismo, ultraísmo, surrealismo, suprematismo, rayonismo, entre otros;  diversas corrientes vanguardistas con diferentes fundamentos estéticos, aunque con denominadores comunes como la lucha contra las tradiciones, libertad de la forma, carácter experimental, surgimiento de diseños geométricos y la visión simultánea de varias configuraciones de un objeto.

 

CAMILO MORI

El pintor chileno Camilo Mori Serrano nace el 24 de septiembre de 1896 en Valparaíso y muere el 7 de diciembre de 1973.
Mori entró en Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile en 1914, bajo la dirección de pintores como Juan Francisco González y Alberto Valenzuela Llanos.
En 1920 viajó a Paris y  se integró al ambiente artístico del barrio Montparnasse. Mientras estudiaba en las Escuelas Libres organizadas en el lugar, conoció y entabló amistad con Juan Gris y Pablo Picasso. Pero fue su encuentro con la obra de Paul Cézanne el que, en definitiva, más influyó en sus ideas acerca de pintura.
Volvió a Chile en 1923 y ayudó a organizar el llamado Grupo Montparnasse, un colectivo integrado por Luis Vargas Rosas, Henriette Petit, Manuel Ortiz de Zárate y José Perotti. Estaban reunidos en torno a las innovaciones de las vanguardias europeas  y experimentaban el mismo rechazo por el romancismo criollista de moda en Chile.
En 1928 Camilo Mori, que durante ese año fue director del Museo de Bellas Artes, tuvo un importante rol en la conformación de la llamada "Generación de 28", al ser designando por el gobierno para seleccionar a los 26 estudiantes de arte más destacados para ir a estudiar en París durante cinco años. La medida era una forma de compensar el cierre de la Escuela de Bellas Artes.

 

LUIS VARGAS ROSAS

Luis Vargas Rosas nació en Osorno en 1897 y murió en Santiago el 6 de septiembre de 1977. Estudió derecho en la Universidad de Chile y siguió cursos libres en la Academia de Bellas Artes con Juan Francisco González entre 1915 y1919.
En 1919 viajó a Europa, allí vivió en Italia, Alemania y Francia, donde se relacionó con las vanguardias, por ese entonces encarnadas en personajes como Picasso, Legger y Gris, entre otros. Al regresar a Chile, en 1923, debió enfrentar un ambiente artístico conservador y reticente a los cambios.
Participó en la fundación del grupo Montparnasse, proyecto creativo que acentuó la ruptura respecto a la concepción representativa de la pintura y de ideas renovadoras. Desde 1924 a 1927 colaboró estrechamente con Juan Emar  como dibujante en las Notas de Arte del diario La Nación de Santiago y en las páginas de arte de la Nación en París.
En 1946 fue nombrado Director del Museo Nacional de Bellas Artes, cargo que desempeñó hasta 1970. Durante su gestión siempre mantuvo el espíritu de lucha y renovación artística. Vargas Rosas se situó siempre en posición de avanzada en la exploración de nuevos caminos estéticos, iniciando en Chile una pintura que buscó y desarrolló una nueva vía de representación de las formas.

 

GRUPO MONTPARNASSE

El grupo Montparnasse fue un colectivo artístico chileno formado en 1922 por pintores influenciados por la vanguardia europea de esos años. 
El grupo conformado por el pintor Luis Vargas Rosas, Henriette Petit, los hermanos Ortiz de Zárate y José Perotti, tomó el nombre del barrio parisino homónimo, después de una estadía en Francia que resulta crucial en transformación de sus planteamientos plásticos y de sus nuevas concepciones acerca de lo que es la práctica artística.
En París se encuentran con una dinámica que los deslumbra con sus museos y su multitud, con su campo cultural autónomo y su libertad creativa y expresiva, pero que también los desorienta y los inquieta porque les cuestiona todas sus certezas artístico-culturales fundadas en la pintura académica. Finalmente, se abren a lo nuevo, renuevan sus paradigmas y modifican sus creencias, para seguir su propio camino creativo.
La primera aparición pública del grupo se concretó en 1923, al poco tiempo del regreso a Chile de sus miembros, en una exposición realizada en la casa de remates Rivas y Calvo, la que desató una verdadera revuelta en la crítica oficial y el círculo artístico existente.   

 

REVISTAS LATINOAMERICANAS

La tarea modernizadora encabezada por Emar en Chile, se sumaba a otras iniciativas y espacios donde se difundía la vanguardia europea y se proponían cambios para transformar el pensamiento artístico cultural de latinoamérica. La multiciplicidad de revistas, periódicos y agrupaciones estudiantiles, en Chile y Latinoamérica, indican el dinamismo de artistas e intelectuales emergentes, abiertos a la pugna con los planteamientos atñisticos, representanes, políticas e institucuiones de la cultura oficial.

 

SARA MALVAR

Sara María Camino Malvar, conocida por sus nombres Sara Malvar y Sara Camino, fue pintora, dibujantes y crítica de arte. Nació en Santiago el 29 de noviembre de 1894 y falleció en la misma ciudad el 21 de diciembre de 1970.
Escribió en las Notas de Arte bajo el seudónimo de Riana Fer (proveniente del francés “rien a faire”, es decir, “nada que hacer”), sus textos dan cuenta de su apertura y comprensión de las transformaciones del arte contemporáneo, y de su lucidez para advertir las problematicas y desafios que debe enfrentar el artista latinoamericano.  Su visión del arte y de la originalidad supone apropiarse de lo ajeno y valorar lo propio, para ella  el verdadero artista se apoya en la tradición, pero siempre la reelabora y logra hacer unn rabajo original.
Sara Malvar realizó la primera traducción del Manifiesto Surrealista de André Breton, el cual apareció en las Notas de Arte de La Nación.

 

CONTEXTO CULTURAL EUROPEO

Europa en los años 20 y 30 vivía un momento complicado política y económicamente, pero la crisis, la Primera Guerra y postguerra, claramente no perjudicaron el ambiente cultural que se vivía, sino todo lo contrario, estas dificultades y oscuridad afectaron positivamente el pensamiento de los artistas e intelectuales de la época, provocándoles una necesidad de cambio, un rechazo a todo lo antes establecido como verdad, y surgió una necesidad de reinventarse.
Fue  una época dominada por las transformaciones y el progreso científico y tecnológico; no solo el mundo de las bellas artes estada revolucionada, en la literatura escritores como el dadaísta francés Guillaume Apollinaire cambiaba  la relación de la poesía con la realidad; en la música el excéntrico e irreverente compositor Erik Satie; y en la medicina, el neurólogo austriaco fundaba el psicoanálisis.
Las primeras décadas del siglo XX fueron muy duras económica y socialmente, pero sin duda muy productivas en el cambio de paradigmas en el pensamiento cultural de un continente que se mostraba como referente para América Latina.

 

SURREALISMO

El surrealismo es un movimiento artístico y literario surgido en Francia en torno a la personalidad del poeta André Breton.
Este movimiento tiene una gran importancia e influencia en la formación crítica y literaria de Juan Emar, es en los textos surrealistas donde Emar encentra el tono agresivo, irónico y libertario que caracterizaron sus artículos en las Notas de Arte, y que acompañarían sus posteriores textos narrativos. André Bretón dice: “el lenguaje puede y debe ser liberado de su esclavitud. No más descripciones según lo natural, no más estudios costumbristas”, estas palabras le sirven para cuestionar la literatura y el arte de la época. Es en las Notas de Arte donde se publica la primera traducción al español del Manifiesto Surrealista.

 

VICENTE HUIDOBRO

Vicente Huidobro, seudónimo literario del poeta Vicente García-Huidobro Fernández, nació el 10 de enero de 1893 y falleció el 2 de enero de 1948. El poeta es considerado por la crítica literaria nacional e internacional como el promotor y divulgador del movimiento poético vanguardista en Chile y América Latina en el primer tercio del siglo XX, principalmente producto de la propuesta y desarrollo de su teoría estética conocida como Creacionismo.
Su vida literaria transcurrió entre la experiencia urbana del Santiago aristocrático y el París de la revolución vanguardista y experimental de los primeros decenios del siglo XX. Hacia la década del treinta Huidobro desarrolló más ampliamente la relación entre literatura y compromiso político, proponiendo una concepción creacionista más antropológica y humanista. Este anticipa su poética del creacionismo al proponer un abandono de la imitación de la naturaleza, propugnar la autonomía de la obra literaria y sostener una actitud crítica contra todo realismo.
Su cercanía personal e intelectual con Juan Emar y el grupo de Montparnasse es evidente, es Juan Emar quien traduce el primer capítulo del poema Altazor, obra cumbre del poeta,  para publicarlo por primera vez en Notas de Arte y darlo a conocer en Chile

 

BELLAS ARTES

Durante la primera década del siglo XX la pintura chilena vive un periodo de profundos cambios, los cuales están muy vinculados con la estadía de los pintores en Europa. Los primeros viajan alrededor de 1900 y luego, después de la I Guerra Mundial, el grupo de Camilo Mori, Luis Vargas Rosas, Jose Perotti, entre otros. Su regreso trae nuevos aires en pensamiento artístico de la época, traen consigo la vanguardia europea, lo que viene a remecer los cánones artísticos de la Academia.
Los desacuerdos entre la concepción artística dogmática en ideas y aferrada al pasado, y los que buscaban nuevas conquistas plásticas, se hicieron más evidentes en el salón de otoño del 28.
La consecuencia inmediata de esta controversia fue el cierre de la Escuela de Bellas Artes dejando sólo en funciones los cursos de Dibujo, y se resolvió enviar a Europa a veintiséis artistas plásticos, previamente seleccionados.
Además, la Escuela de Bellas Artes que, transitoriamente, había dependido del Ministerio de Instrucción Pública, pasó a depender de la Universidad de Chile.

 

JUAN EMAR

Aburrido en el mundo, o aburrido en Chile, Juan Emar construyó un magnífico mundo interior que se revela en su obra y trasciende su vida. Complejo, difícil de asir y de definir incluso por aquellos que lo conocieron, aunque Pablo Neruda señaló “conocí a Juan Emar sin conocerlo nunca”, ciertamente supo distinguir la importancia y la impronta que dejó en la cultura chilena “este antecesor de todos” que, “en su tranquilo delirio, nos dejó como testimonio un mundo vivo y poblado por la irrealidad siempre inseparable de lo más duradero”.